Por: Jesús Írsula/Presidente de la Comisión Permanente de Atención al Trabajo Comunitario de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Foto: Cortesía de Claudio Aguilera
Según fuentes históricas la virgen fue avistada en la bahía de Nipe entre los años 1604 y 1613 por tres trabajadores: dos descendientes de indios y un joven negro cuando regresaban de las salinas de Cayo Francés.
En el centro de la bahía hallaron flotando una imagen pequeña y frágil en una tablilla con un letrero que decía "Yo soy la Virgen de la Caridad del Cobre". Se la llevaron consigo al Hato de Barajagua en el Cauto. La colocaron en un rústico altar en un típico bohío cubano y allí comenzó su veneración.
Más tarde fue traslada al poblado Real de Minas, hoy el Cobre, y depositada en la capilla del hospital de los esclavos y de los pobres donde la imagen pasó a ser el eje del culto en la zona y se comenzó a llamar Virgen de la Caridad del Cobre.
A esta figura se le atribuye desde entonces un poder benéfico y milagroso. La Caridad del Cobre se convirtió en el escudo espiritual de los cubanos. En 1968, el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Cespedes, tomó el pueblo, entró al templo y oró de rodillas.
Desde ese momento la Virgen mambisa acompañó y protegió a los cubanos durante la Guerra de la Independencia. Los veteranos de la guerra en carta al Papa Benedicto XV del 24 de septiembre movidos por sentimientos de fe y patriotismo, solicitaron que proclamara a la Virgen de la Caridad del Cobre como Patrona de Cuba.
El 8 de septiembre de 1927 se inauguró la actual Basílica Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre. Está situada en lo alto del cerro Maboa cerca del poblado El Cobre a veinte kilómetros de Santiago de Cuba.
En 1936 la virgen se coronó y se reafirmó como la Santa patrona de los cubanos. En 1998 el Papa Juan Pablo Segundo coronó personalmente a la Virgen entregándole una corona de oro y un manto con piedras preciosas.
¿Purito y cómo llega la Caridad del Cobre al Fanguito?
La Caridad del Cobre está presente en la mayoría de los hogares de los cubanos y adquiere imagen pública en El Fanguito recibiendo un modesto santuario a finales de los años 40.
Según cuentan adultos mayores de la localidad que vivieron ese acontecimiento convertido en leyenda, un vecino que desandaba los mares del Caribe colocó una virgen de La Caridad en un nicho que hizo en la roca que sobrevivió la devastación de la cantera vedadeña en la hoy esquina de 19 y 32.
Pasaron seis décadas y la Virgen de la montaña quedó envuelta en el manto del olvido, salvo raras excepciones de tenues narraciones de la historia por parte de abuelos a sus hijos y nietos.
Le cuenta Claudio Aguilera a su amigo el Purito que escuchó la historia del marinero y la virgen en los años 80 de boca de la asturiana Menchu, madre de su condiscípulo, Jorge Luis y dueña de la casa donde él actualmente reside.
El tiempo siguió su rumbo y en el contexto de las transformaciones que hoy tienen lugar en el Fanguito y que son acompañadas por la Dirección Municipal de Cultura de Plaza como elemento de sostenibilidad, el promotor cultura Claudio propuso rescatar esa tradición que tiene mucho que ver con la espiritualidad del cubano y que formó parte en algún tiempo de las tradiciones locales.
Su idea encontró muchos aliados entre ellos, El Purito Barrendero. La idea de la virgen tenía, además, una motivación personal.
Relata Claudio que estando en el extranjero su madre enferma y él tiene que regresar. Cuando llega, además de la gravedad de su mamá, se encuentra que le habían robado la virgen y solo habían dejado la urna, la cual él conserva hasta ahora para albergar la nueva virgen del Fanguito que acaba de arribar a su nicho celestial.
Permítanme describirle el origen y el camino de esta Virgen hacia El Fanguito: La idea de devolver la Virgen de La Caridad del Cobre al Fanguito se convertía en un reto. Ya teníamos la urna. ¿Y la Virgen?
Claudio trató de buscar, infructuosamente, alguien en la comunidad que tuviera y quisiera donar una virgen. Con el Purito anduvieron La Habana y no encontraron nada que le gustara. ¿Dónde encontrar una virgen digna de tan bella tradición en tiempos de pandemia?
Agotados de la búsqueda, pero sin perder la esperanza, Claudio llamó a un amigo y le compartió su desconsuelo. El Purito, que estaba a su lado, percibió enseguida su rostro de alegría y su voz nerviosa que le dijo; “mañana vamos a ver una virgen que nos van a mostrar”. Se trataba del artista, diseñador de moda; Ismael de la Caridad García Cuervo, albacea de la vedete de Cuba, Rosita Fornés.
Temprano en la mañana llegamos a su apartamento-museo, a escasos metros del Malecón habanero, y nos enseñó una bella estatua de yeso, imagen de la Caridad del Cobre con todos sus componentes originales, pero se requería de una restauración para devolverle su esplendor.
Claudio y el Purito intercambiaron una fugaz mirada y reaccionaron casi al unísono: “esta es la virgen que necesitamos”. Pero nuestra mayor alegría llegó cuando Ismael de la Caridad nos dijo: “No es una virgen cualquiera: esta perteneció a Rosita Fornés”. Ella, donde quiera que esté, se sentirá feliz de que su Virgen proteja a los vecinos de El Fanguito.
Me alegra mucho esta noticia. Recuerdo de niño que la ANCHAR tenía una piquera en A entre 5ta y Calzada y en ella una Virgen de la Caridad muy linda. Desapareció misteriosamente creo que en 1970. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir sus recuerdos
ResponderEliminarMuy interesante. ✨
ResponderEliminarGracias por leerlo
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