Bordeando las márgenes del río Almendares fue creciendo, poco a poco, una comunidad vulnerable que hoy pertenece al Consejo Popular El Carmelo, del capitalino municipio Plaza de la Revolución.
Actualmente se transita por calles asfaltadas y con nuevas luminarias. Aceras recién acabadas de hacer y contenes restaurados le dan la bienvenida al visitante. Es esta una realidad muy lejana de aquella retratada por el cineasta Jorge Luis Sánchez en su cortometraje documental El Fanguito (Icaic, 1990).
Antes muchos de sus pobladores no contaban con agua potable, ni libreta de abastecimiento, ni tenían las propiedades de sus viviendas. Ahora se respiran nuevos aires como resultado de las mejoras sociales que se han producido en la barriada luego de la visita del presidente Miguel Díaz-Canel quien les devolvió la esperanza a los lugareños.
El Héroe de la República de Cuba y Coordinador General de los CDR, Gerardo Hernández Nordelo, también ha visitado El Fanguito en varias ocasiones para conocer de cerca la realidad de los cederistas que allí habitan.
Como resultado del programa de atención a barrios vulnerables, el gobierno de La Habana ha escuchado los reclamos de la ciudadanía y comienzan a articularse alianzas entre actores estatales y líderes locales para lograr el bien común.
Así se han realizado acciones constructivas en viviendas precarias que llevaban más de cinco décadas sin repararse. El pueblo ha contribuido a transformar el entorno.
La gente comparte el café de su cuota con quienes vienen a pintar la bodega y los edificios de la zona o terminar el parquecito de diversiones para los pequeños.
Mediante un diagnóstico participativo, con enfoque multidisciplinario, se han visibilizado algunas de las necesidades culturales del lugar. Se trata de una acción de desarrollo sostenible entre varias instituciones administrativas y culturales donde el papel protagónico lo tienen los comunitarios. El propósito es estimular la espiritualidad de los pobladores, rescatar valores, fomentar la educación cívica, el cuidado del medioambiente y la solidaridad entre vecinos.
La Virgen mambisa en el Callejón de la Cubanía
En ese contexto, explica el promotor cultural, repertorista y profesor Claudio Aguilera, nace la idea de crear el Callejón de la Cubanía en un parque que se iba a construir frente a la morada del Teacher (como muchos le dicen).
La delegada de la Circunscripción 56, Zenaida Aurora Cabrera Arango, quería colocar en las calle 19 y 32, un busto de José Martí en un nicho abandonado pero en el imaginario colectivo se mantenía la historia de una virgencita que hubo, hace años atrás, dentro de un farallón típico de la zona.
Conservaba una urna de mis ancestros donde antes había una Virgen de la Caridad del Cobre. Cuando estaba de viaje mi mamá entristeció porque se la robaron y casi regresé a enterrarla. Solo me quedó la urna.
Pensé que era un acto de justicia con la tradición local y los pobladores restituir ese lugar de culto, nos cuenta Claudio, pocas horas antes de la inauguración del Callejón de la Cubanía.
En la restauración y acondicionamiento de áreas y locales ha estado presente la Dirección Municipal de Cultura de Plaza, encabezada por el teatrista Harold Vergara Padrón, quien lidera un proyecto para habilitar 46 callejones del territorio como espacios socioculturales.
Por las características y accidentes del terreno de este lugar, enclavado en una depresión, cuenta con varios puntos de entrada donde se crearán espacios caracterizados.
En la calle 32, se trabaja en una cantera devenida basurero para convertirla en una explanada, con una escalinata para su acceso, en la que se harán espectáculos culturales. Más arriba se ha pensado en un pequeño parque natural con árboles y vegetación, propicio para tertulias y lecturas.
Donde se unen las calles 17 y 30 nacerá el Callejón del arte mientras otro sitio aledaño se bautizará como La placita de los Orishas.
Cerca del río, en un paisaje natural de una belleza indescriptible, se piensa construir un embarcadero con un malecón para estimular el turismo y el desarrollo local, luego de dragar esa parte del Almendares y proceder al saneamiento del mismo.
El afluente símbolo de la capital también está vinculado con la historia patria. Durante la tiranía de Fulgencio Batista, en las intersecciones de las calles 30, 23 y 25 se alzaba el tristemente célebre BRAC (Buró de Represión Anticomunista).
En el Callejón de los Mártires, reinaugurado el pasado 12 de septiembre, una tarja conmemorativa recuerda que en igual fecha pero de 1957, los cuerpos torturados de José Dionisio San Román Toledo y Alejandro González Brito, fueron trasladados en una lancha que partió de El Fanguito para desaparecer a los combatientes en el mar.
Asegura el promotor Claudio Aguilera que en estos momentos nadie se avergüenza de decir que es habitante de El Fanguito ni permitiría que le cambien el nombre a su barrio: Ya no se vive entre el lodo, la mugre y la pobreza. Lo que tenemos hoy es como la arcilla, el barro para construir la obra de la cultura.
*Con información del sitio web de la Uneac y de Tribuna de La Habana
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