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La Timba, su origen y tradiciones

 Hola mi Gente. Hoy publicamos un fragmento de la ponencia De San Juan a San Gerónimo: dos fiestas y dos barrios al rescate, presentada por el Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez (asesor de esta revitalización), con Jorge Manuel Perera Fernández y Carlos Manuel Ramírez Olivares (a la sazón, promotor cultural en el concejo por la Dirección Municipal de Cultura), en el Simposio Internacional de Folklore, 1994, y en el Simposio de la Ciudad, donde fue propuesta al Premio Nacional Memoria Viva 1995.


 

Foto: Maya Quiroga

Esta primera parte de la ponencia se refiere al barrio de La Timba, su origen y tradiciones  

Por: Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez

Pan con Timba o La Timba, es un barrio que nació en la marginalidad a fines del siglo XIX, después de haberse trazado la calle Zapata al iniciar la necrópolis Cristóbal Colón (1871) como vía de comunicación entre esta y La Habana en la bahía.

En la esquina de hoy Zapata y A donde los carros mortuorios se detenían a que sus animales de tiro abrevaran restos de la antigua Zanja Real, un bodeguero abrió la venta a módico precio de pan con guayaba (o con timba, como llamaban a la guayaba procesada industrialmente que llegaba en ferrocarriles ingleses marca Timber, de todo lo cual ha generado incluso un género musical bailable). En torno a la prosperidad de tal negocio se formó el barrio que ahora nos ocupa, en lo que hoy podemos ubicar entre Paseo hacia D y de Zapata hacia el Castillo del Príncipe.

Como suele ocurrir, internamente se fomentaron diversos focos comunitarios como Casilda, nombre de una autoritaria española que en 29 y B cultivaba en los jardines inmediatos, flores que allí vendía, sobre todo considerando la cercanía del creciente cementerio en desarrollo.

Pero también se debe considerar allende Paseo, el reparto vecino San Antonio Chiquito, formado en torno al ingenio homónimo siglo y medio antes que La Timba, de la actual calle Paseo al hoy Cementerio de Colón y de Zapata al sur hacia la misma Plaza; reparto de rica historia, tradiciones y aportes como el camino de San Antonio Chiquito, origen de lo que fue el Camino Militar al erigirse el Castillo del Príncipe (1765) luego paseo de Tacón o Alameda de Carlos III, hoy Avenida Salvador Allende; entre otros muchos.

Aun en los años 30 del siglo XX, este reparto era privativo de españoles y descendientes, cuando comenzaron a vivir allí algunas queridas negras y mestizas y luego, los chinos con sus lavanderías y tintorerías sobre todo por Paseo, con sus fiambres como las frituras de pan dulce.

La calle Paseo que separa a ambas comunidades no se definió sino hasta los años 50, con la construcción de la Plaza como se había concebido urbanísticamente.

Sobre todo, tras el Machadato, y fundamentalmente entre años 40 y 50 al desalojarse La Pelusa (vecino barrio marginado al sur del Castillo del Príncipe) para construir la Plaza, la migración fue más intensa hacia San Antonio Chiquito (y de aquí hacia 12 y 23), dadas las relaciones entre ambos barrios, los no comunitarios de este último comenzaron a considerarlo como La Timba de la que provenían, fortalecidos por otros no comunitarios de todo el país sobre todo durante la Revolución, con los prejuicios generados contra cualquier topónimo u otro rasgo de religiosidad, como era San Antonio Chiquito, y referir el aparentemente más popular y cubano (según los clisés) Timba.

No obstante, la avalancha inmigrante y los medios de difusión (casi siempre no comunitarios de esta localidad) no han podido destruir el fuerte sentido de pertenencia de sus más antiguos moradores por su patrimonial San Antonio Chiquito, al que, a pesar de las obvias diferencias de todo tipo, muchos han considerado también como Timba.

En la década del 20 hacia el barrio San Nicolás, estaba la bodega El Capricho por Zapata entre A y B, donde coexistía una fonda  café donde se reunían los residentes locales. Ya el área se identificaba por la Quema del Muñecón (o de San Juan) en la ceiba de B y 29 durante la Noche de San Juan del 23 al 24 de junio, fiestas en las que comían congrí, carnes, viandas, comidas secas sobre hojas de plátano (planta que abunda aun en las inmediaciones incluso por el más selecto San Antonio Chiquito allende Paseo, con lo que remeda raíces rurales en un paisaje tan urbano), con competencias lúdicas y de todo tipo a ambos lados de la calle Paseo en dos bandos que competían entre sí, la Timba al este y su extensión por San Antonio Chiquito al oeste, además de las tertulias y reuniones locales en la fonda café del barrio.

Entre las casas asaltadas con la caída de Gerardo Machado estaba el prostíbulo con que hipócritamente contaba en 39 entre Paseo y 2 el seudo-elitismo del Reparto San Antonio Chiquito, reparto pleno por otra parte de otros valores, pero que respondían a la marginación a que eran sometidos los españoles y sus descendientes en aquella República, ya como ciudadanos de segunda clase.

Se decide de esta suerte la migración por los más elitistas de tales vecinos, cuando el San Antonio Chiquito se halla atrapado en su propia hipocresía social, y las antiguas queridas mulatas y negras que hasta entonces mantenían en aquel prostíbulo, donde estaría la Sociedad Cultural del Príncipe de la vecina comunidad en torno al Castillo homónimo que aquí se extendía ahora, comienzan a vivir ya en el mismo Reparto, paralelo al desalojo de La Pelusa o de la más inmediata Timba del otro lado de Paseo, calle que deviene así centro de los juegos de competencia a su este y su oeste en torno a la Noche de San Juan el 24 de junio como fiesta de identidad local, con la Quema del Muñecón.

 

 Ya en 1994 esta fiesta se había rescatado en Casilda por María Nélida Arruebarrena y Migdalia Hernández, ambas Instructoras de Arte (música y danza, respectivamente) de la Casa de Cultura Municipal de Calzada y 8, aunque básicamente en Casilda sin las competencias a ambos lados de Paseo, para no cerrar tan importante arteria de comunicación casi inmediata al colofón del poder en Cuba.

Al respecto, en marzo de 1997, ambas presentaron su ponencia La Fiesta de San Juan en la Casilda, en el V Simposio Territorial de Estudios Culturales Plaza de la Revolución y Puentes Grandes (marzo de 1997), revitalización que continuaría en pleno siglo XXI.

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