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Teatro Nacional de Guiñol ¿UNA SALA NECESARIA?

 


Hola hoy publicamos en nuestro blog un acercamiento a la historia del Teatro Guiñol Nacional y otras salas teatrales de nuestro municipio.

Por: Rubén Darío Salazar/ Director general del Teatro Nacional de Guiñol.

La pequeña sala del Teatro Nacional de Guiñol, ubicada en los bajos del llamado Edificio FOCSA (Fomento de Obras y Construcciones, S.A.), obra de los arquitectos Ernesto Gómez Sampera y Martín Domínguez, inaugurado en 1956, fue primero un cine de ese complejo arquitectónico.

En 1963, el espacio con dirección por la calle M, entre 17 y 19, en El Vedado capitalino, fue entregado por el gobierno revolucionario al Guiñol Nacional de Cuba, de los hermanos Camejo y Pepe Carril. Desde entonces pasó a ser el reino del teatro de títeres en nuestro país, y la primera sala profesional dedicada a este arte, dirigido tanto a infantes como adultos.

La sala del Teatro Nacional de Guiñol, se sumó a otras edificaciones provenientes de los años 50 en la zona céntrica de La Habana, como la sala Francisco Covarrubias, del Teatro Nacional de Cuba, aún en activo, abierta en 1960, como parte de una instalación mayor, concluida en 1979.   

El teatro Mella, nombrado así en 1961, pues fue el antiguo Cine Rodi, se ubica en el llamado Circuito de la Calle Línea.

La Comunidad Hebrea, cuyo salón de actos y otros espacios, fue convertido, en 1988, en el Centro Cultural Bertold Brecht.


Luego se sumarían nuevos espacios hasta la actualidad: el Cine Teatro Trianón, sede de la Compañía Teatro El público desde los años 90; la Sala Teatro Adolfo Llauradó, de 2003; El Centro Cultural Raquel Revuelta, inaugurado en 2012 y la nueva sala de El Ciervo Encantado, en 18 entre Línea y Calzada.

En la mencionada zona céntrica de El Vedado se encuentran también las pequeñas salas de Ludi Teatro y Argos Teatro y la Sala Teatro Hubert de Blanck, que acogió en 1964 a Teatro Estudio.


 La Sala Teatro El Sótano, que albergó a la Compañía Teatral Rita Montaner en 1968.


De todos los espacios nombrados y en activo, la única institución de esta zona de la capital especializada en el teatro para la infancia y de figuras es el Guiñol, desde 2019 en reparación capital a cargo de la CPA Con todos y para el bien de todos y el Consejo Nacional de Las Artes Escénicas.

Su ausencia ha ido desvaneciendo la costumbre semanal de las familias habaneras, e incluso de otras provincias del país, de ir a ver títeres los sábados y domingos. Visitar la salita del FOCSA fue una tradición armada y enriquecida, durante casi 60 años de labor, por las diferentes direcciones al frente del mítico lugar.

Espacio imprescindible para los diferentes festivales escénicos nacionales e internacionales que se desarrollan en la capital. Sitio de esparcimiento y de cultura, el Teatro Nacional de Guiñol debe volver a ser el referente del arte titiritero que los hermanos Camejo y Carril, junto a su inolvidable elenco y equipo técnico y administrativo, situaron en la historia teatral de la nación, de la región de Las Américas, con expansión en su momento hasta Europa del Este.

Cuenta con capacidad para más de 150 espectadores y un escenario de 8 metros de ancho por 6 metros de fondo y 4 metros de altura, así como clima refrigerado. La restauración contempla el aparataje tecnológico idóneo, unido a un proyecto de diseño moderno, a la altura de estas instalaciones en el mundo.

La vuelta del Teatro Nacional de Guiñol al circuito escénico capitalino, no sólo será un acto de justicia histórica, sino un gesto necesario de amor y respeto hacia el teatro para niños y de títeres cubano.

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