Por: Maya Quiroga
Cuando transitamos por la calle Línea No.657 entre A y B salta a la vista la belleza de una de las edificaciones emblemáticas de las artes escénicas cubanas cuyo prestigio trasciende al plano internacional.
Me refiero al teatro Mella, con seis décadas de historia desde que el 16 de septiembre de 1961 abrió sus puertas con el nombre del líder revolucionario Julio Antonio Mella.
El otrora lujoso cine-teatro Rodi, inaugurado en noviembre de 1952, era propiedad del empresario Antonio Helier Rodríguez Cintra (el mismo dueño del teatro América, ubicado en Galiano y Concordia).
Según el Arquitecto Ruslán Muñoz, jefe de Departamento de Arquitectura y Urbanismo en la Facultad de Arquitectura de la CUJAE, el cine Rodi contaba con 1627 lunetas.
Perteneció a la Inmobiliaria Rodi S.A. Su arquitecto fue Pascual de Rojas.
El inmueble se considera representante del Movimiento Moderno por su expresión volumétrica que busca ligereza y equilibrio entre la marquesina y su gran plano vertical que sobresale. Su torre se proyecta hacia el exterior, como exponente de una arquitectura planimétrica que le confiere gran complejidad espacial.
Entre sus valores arquitectónicos vale destacar el muro-cortina lateral de vidrio y aluminio, característico del estilo Art Nouveau, el cual dota de iluminación natural los espacios interiores del mezzanine y el lobby.
El teatro posee en su interior agradables espacios muy modernos donde armonizan, orgánicamente, el hormigón, la piedra, el aluminio y la madera en un vestíbulo majestuoso que conduce hacia una sala con 1475 localidades, distribuidas en platea, balcones y las lunetas del segundo nivel.
Entendidos en la materia advierten que en su interior existen otros elementos característicos del Art Nouveau como las líneas curvas y formas inspiradas en la naturaleza para el adorno de los balcones, la decoración con piedras que enfatizan en su textura y color naturales, las proporciones en las diferentes estancias, una esmerada disciplina geométrica y una sutil complejidad espacial, muy agradable en su conjunto.
Desde el vestíbulo se puede acceder a la planta alta a través de una escalera de terrazo negro de doble vía.
En sus inicios el inmueble estaba decorado con piezas escultóricas recreadas en vidrio y calamina. De ellas solo se conserva la obra Mujer con Nido, que data de inicios del siglo XIX.
Luego de una reparación capital realizada en 2007, se colocaron nuevas esculturas con el propósito de rescatar el ambiente original.
Anteriormente, entre 1993 y hasta 2007 sesionó en el mezzanine la Galería de Arte Tina Modotti, en la sala de estar interior del edificio donde tantos encuentros con la prensa especializada se han realizado en los últimos 60 años.
En 2016 cerró sus puertas y desde ese momento se trabaja para devolverle su esplendor como parte de un proceso de reparación capital que todos esperamos concluya lo más pronto posible para volver a disfrutar, intensamente, de su vida cultural.
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