Por: Mariluz Samper*
En mayo de 1978, a través del Centro de Información Cinematográfica del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), el municipio de Cultura de Plaza de la Revolución y su joven Casa de Cultura de Calzada y 8, es creado un Círculo de Interés Cinematográfico, que respondía a la solicitud de numerosos aficionados al séptimo arte, que eran asiduos visitantes de la institución.
De dicho Círculo de Interés, surgieron varios, que respondían a sus afinidades específicas. Los mismos, a su vez, se convirtieron en cine clubes, destacándose entre ellos el Sigma, dirigido por Tomás Piard, quien sería más tarde un importante realizador cubano.
Así nació la idea de organizar talleres de apreciación cinematográficos. Desde el primero hasta el último fueron impartidos por relevantes personalidades del cine, hasta que los alumnos se consideraron capaces de caminar por sus propios pies y comenzaron a producir los maravillosos cortos y largometrajes, en los talleres de creación, en la temprana fecha de 1979.
Al año siguiente, en el mes de marzo, cuando se cumplían 21 años de fundado el Icaic, se celebró el primer evento de cineclubistas, que tuvo carácter regional, o sea, sólo para las provincias habaneras y fue competitivo. Esta es la génesis de lo que fuera más tarde uno de los eventos más prestigiosos de cine aficionado realizado en Cuba: el Festival CinePlaza, que tuvo su comienzo oficial, ya con ese carácter, en 1984, en la Casa de Cultura de Calzada y 8.
En sus primeras ediciones, CinePlaza se extiende a toda la región occidental de la Isla. Participan las dos provincias habaneras, Pinar del Río, Matanzas y la Isla de la Juventud hasta que, en la década del noventa, alcanza su categoría nacional. Ostenta ya su sello indiscutible, lo cual atrae realizadores de todo el país.
Comienzan a surgir propuestas de hacerlo más abarcador en sus distintos géneros. Queda abierta la posibilidad entre ellos. Pero antes se abre el diapasón de la convocatoria y son admitidos los alumnos de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y los de la Facultad de Cine, Radio y Televisión del Instituto Superior de Arte, también de los Estudios cinematográficos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, conocidos popularmente como La Fílmica de las FAR.
Todos asumieron este festival como un importante espacio para exhibir sus obras, por el hecho de ser sometidos al ojo crítico de excelentes jurados, conformados por personalidades y especialistas del género. Esto condujo a que también los profesionales optaran por participar en el Festival Cine Plaza, por ejemplo, el magnífico director Fernando Pérez.
Tal fue el prestigio de este evento de la Casa de Cultura, en su época dorada, que los cineclubistas participaron y obtuvieron premios en distintos festivales internacionales. Podemos hablar de España, Italia y los países socialistas, por citar algunos ejemplos. También en el reconocido y prestigioso Festival internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, dirigido por Alfredo Guevara.
A lo largo de su existencia tuvo numerosos directores. El primero fue Tomás Piard quien, en 1992, debido a desacuerdos con la institución, cesa como organizador y presidente.
Lo sustituye Concepción (Conchita) Calá García (con vasta experiencia en el Cine´club santaclareño) al frente del evento hasta 2004.
Una de las últimas directoras fue Aries Morales Parrado, miembro de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac). Ella sustituyó a Giraldo Benítez, presidente en la edición del 2006.
La cita, auspiciada por el Icaic, el Centro Provincial de Cine, la Dirección Provincial de Cultura y la Dirección Municipal de Cultura de Plaza, cuenta con un Evento Teórico, conducido por el Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez, miembro de la Sección de Crítica e Investigación de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Uneac, que tuvo su comienzo en el nacimiento del tercer milenio y se dedicó a la memoria de Romualdo Santos. En esos encuentros teóricos, que nacieron en el teatro de la Casa de Calzada y 8, participaron insoslayables figuras del séptimo arte en Cuba.
El CinePlaza tiene como objetivos promover la creación audiovisual del movimiento cineclubístico cubano y propiciar el intercambio de experiencias entre los cineclubistas. Otros de sus propósitos es mostrar los audiovisuales de los nuevos realizadores. En varias de sus emisiones se ha incluido un concurso de cine, vídeo y carteles y guiones, y muestras paralelas.
De CinePlaza surgieron figuras relevantes del cine cubano como: Tomás Piard, Jorge Luis Sánchez, Rigoberto Senarega, por citar algunos. Todos fueron miembros de los talleres de apreciación y creación de los cineclubes de la Casa de Cultura, que es sin duda la madre gestora, la cual prestigió el evento durante sus 28 ediciones oficialmente registradas (la última fue en 2019).
Los trabajadores de la Casa de Cultura luchan, denodadamente para que el CinePlaza no se pierda en brazos de la desidia.
*Con información del Doctor Avelino Couceiro.
Esta información forma parte de la tesis de Comunicación Social de Mariluz Samper y el Doctor Avelino fue su tutor.
Comentarios
Publicar un comentario